Estaba ahí. En la ciudad más bonita. En el país más feo. La ciudad de las gatas en el país de los perros. El pueblo más pobre de la tierra más adinerada. La bossa nova sonaba en mis auriculares cuando me senté en la micro 612 al lado de un viejo sereno. Sus pelos largos y grises fluían con los movimientos de la micro. Pasando por la Avenida Argentina, el sol pasaba a nuestro lado del vehículo y chocó con mis ojos. Los otros pasajeros se apuraron para cerrar las cortinas. Menos mi compañero de asiento.
¨Perdón ¿puedo cerrar las cortinas?¨ Le pedí al sacar mis auriculares.
¨¡Qúe pena! Yo estaba disfrutando de este paisaje maravilloso¨ Respondió con agudeza
Antiguamente hubo un río donde ahora está esta avenida, la más ancha de la ciudad, en la que estábamos en la 612 cuando el sol se puso dorado y a la vez escondido por las telas, por las manos de nuestros navegantes compañeros. Los vendedores empacaban los colores de las frutas verdura e hierbas en las canastas bastante grande para seis familias de gatitos.
¨Gracias por su actitud insolente¨
¨El otro día había una puesta de sol hermosa. el horizonte entero calentado con rojo y naranja. Y todos los weones mirando hacia el otros lado, ¿sabes por que?, por la inauguración de un mall cualquier.La gente ya no aprecia nada de naturaleza por tanta tecnología por tan moderno¨ Me dijo moviendo la cabeza en decepción sin dejar de ver hacia afuera. Doblando desde Avenida Argentina a España, la escena cambió rápidamente de cemento sobre río al mar, abierto hasta el fin.
Encontrando mucho razón en las palabras le agregué que ¨ni nos apreciammos a nosotros como parte de la naturaleza. Nos tratamos de máquinas trabajadoras, encapsulables, encimables y deshechables.¨
Poco después me bajé con renovadas ganas de caminar unas cuadras más. Con un ritmo nuevo en el amor para las personas y el cielo, bailaba a la bossa nova con más placer que antes.
Doblando a mi calle de destino, vi al viejo a unos pasos no más. ¡Que casualidad! pensé que lo podía saludar. Pero me di cuenta que con mis auriculares puestos me daba flojera. Entonces lo pasé y entró al edificio para hacer mis ejercicios.
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